Dedicamos alrededor de siete segundos en atender el comienzo de una historia. Si en ese tiempo ha logrado engancharnos (y el contexto lo permite), probablemente asistiremos hasta el final a la magia del relato, como el niño que resiste el sueño en la cama hasta que mamá termina el cuento. Pero si esos escasos siete segundos no nos atrapan, el cuento habrá perdido su oportunidad con nosotros.
Las historias ayudan a generar un contexto en torno a una marca y hacen que el mensaje sea más duradero en nuestro recuerdo. En Occidente vivimos sobre-estimulados, abrazados a menudo a los relojes y manejando cantidades enormes de información. Inevitable y afortunadamente, eso hace que nos volvamos selectivos/as de cara a decidir a qué historia vamos a prestar atención. Y una de las claves principales para que un contenido pueda atraparnos es que nos emocione. David Sable, CEO global de Y&R, lo explica con claridad en una reciente entrevista: «Todo sigue siendo un boca en boca. Por eso se trata, como siempre, de tener un buen producto o un buen servicio, y después tener una buena historia para contar y hacernos sentir alegres o tristes«.
¿Y cómo podemos lograr que nuestro Storytelling llegue y emocione? Existen cinco factores que debemos tener en cuenta:
- SINCERIDAD. De nada sirve que desarrollemos un relato impresionante si quien lo vea percibe que no estamos siendo coherentes con el trabajo que hace nuestra marca. Vale que las historias son un genial detonante para activar nuestra imaginación, pero no vale que lo aprovechemos para engañar a la gente. Una historia de marca debe llevar impreso el adn de esa marca y ser honesta, consigo misma pero sobre todo con su audiencia.
- IDENTIFICACIÓN.Para conectar con las personas, lo mejor son las historias de personas. Hay buenos ejemplos de contenidos en los que la marca es protagonista y funciona, pero las probabilidades de éxito aumentan considerablemente cuando muestras historias cercanas y entrañables protagonizadas por personas en las que tú o yo podamos reconocernos.
- PARTICIPACIÓN. Pero vayamos un paso más allá, porque una cosa es que tus contenidos estén hechos por actores y actrices que se parezcan a tu target, y otra es que tu propio target participe en la construcción de la narración. Ofrecer la posibilidad de que a través de concursos, redes sociales, etc. la gente pueda influir sobre los personajes, trama o desarrollo de VUESTRA historia es un regalazo tanto para la marca como para su audiencia.
- ORIGINALIDAD. Hay historias eternas en las que nos sentimos como en casa, y a todos nos gusta volver a casa de vez en cuando. Reinventar relatos de siempre adaptados a nuestro tiempo es una apuesta bonita. Pero no debemos olvidar que el factor sorpresa dispara el interés de las audiencias y hoy más que nunca tenemos medios para innovar, diseñando relatos novedosos que además podemos difundir por multitud de canales.
Si aún así eres de l@s que prefiere los cuentos de siempre, te presentamos a esta Cenicienta Moderna y la genial reflexión de Draftfcb en torno a las redes sociales como gigantescas ‘viralizadoras’ de contenidos:
- TERNURA Y RISAS CONTAGIOSAS. Sí, lo sabemos, no todas las historias tienen que ser tiernas o divertidas. Nos gustan los relatos salvajes (que se lo digan a Damián Szifrón), las aventuras trepidantes, las que nos hacen pasar miedo, las que nos encogen las tripas o nos abren de par en par los ojos. Pero el mundo ya está bastante enfermo y salpicado de noticias tristes como para no esforzarnos un poquito por endulzarlo. Y puestos a emocionar, ¿qué tal si intentamos generar sonrisas?
https://www.youtube.com/watch?v=VteDp3IK-60#t=35
Si quieres conocer más ejemplos y claves para construir un buen Storytelling, te invitamos a echarle un vistazo a este post. 😉