No es verdad que ‘’a todos nos gustan los niños’’. Pero quizás sí lo sea que nos gustan a casi todos. Las y los más pequeños tienen una capacidad para emocionar incomparable (vale, los gatos haciendo cosas raras van ganando terreno); y su frescura, curiosidad, sinceridad y picardía hacen siempre especiales los proyectos que protagonizan.
A menudo, la estrategia pasa por convertirles en adultos ingeniosos en cuerpos talla S. Otras, son precisamente sus travesuras, esas que vamos dejando de permitirnos al crecer, las que hacen que se nos caiga la baba.
Cada día recibimos una cantidad descomunal de estímulos invitándonos al consumo de montones de cosas, y los creativos y marketeros van redirigiendo sus estrategias hacia el marketing de contenidos, el engagement logrado a través de las emociones y las buenas historias.
Hacer de un niño la imagen de tu marca o campaña puede ser, en este sentido, una decisión útil para conectar con la sensibilidad de los que ya no somos tan niños.
https://www.youtube.com/watch?v=hq6bPm_2tEk
Este tipo de contenido no es, sin embargo, clave de éxito. El sexismo en la publicidad de juguetes, así como las situaciones incómodas en las que a veces vemos a los pequeños para promocionar o denunciar algo a través de carteles o anuncios, han derivado no pocas veces en duras críticas.
No te preocupes: de la selección de contenidos que te traemos hoy, la única crítica que se nos ocurre es que esos no sean nuestros hijos, hijas, primas o sobrinos. ¡Nos comeríamos con patatas!!
https://www.youtube.com/watch?v=pfxB5ut-KTs