Seguramente todos habréis oído hablar de Psicosis. Y para los que no, os recomendamos que hagáis una búsqueda rápida en Google antes de seguir con el artículo. Ya nos lo agradeceréis la próxima vez que vuestro amigo pedante se ponga hablar de su colección de clásicos del cine.
En 1960, Hitchcock se adentraba en el género del terror y lo hacía por la puerta grande. Psicosis se presentó como un desafío tanto para el espectador, como para la censura y protocolos de la época. Resulta que aparte de ser el maestro del suspense, Hitchcock también resultó ser un auténtico Don Draper.
A continuación os contamos los pasos a seguir si queréis que vuestra película consiga alcanzar el éxito de Psicosis:

Paso 1: Si tu peli es una adaptación de un libro, que no se te escape ni un derecho. Ah, y libera tus estanterías. En 1959 se publicaba Psicosis, libro de Robert Bloch que sirvió como inspiración para la película. Y para que a nadie se le ocurriese hacer spoiler, el director se aseguró de comprar los derechos y todas las copias habidas y por haber del libro.

Paso 2: Haz muchos match en Tinder, Grinder o lo que sea, que vas a necesitar “amigos”. Para aparentar popularidad, Hitchcock se hizo con unos cuantos extras y simuló colas kilométricas delante de los cines donde se proyectaba su película. Su meta era llamar la atención así que por si fuese poco, también contrató a policías para que hiciesen una labor falsa de “control de masas”.

Paso 3: Tus amigos tardones mejor que se queden en casa. Una regla de oro para cualquiera que quisiese ver Psicosis en el cine era la de llegar a tiempo. La experiencia tenía que ser ininterrumpida así que todo aquel que llegase tarde, no entraba y punto.

Paso 4: Olvídate de hacer correr la voz. Aparte de prohibir que los actores hiciesen entrevistas por miedo a que desvelasen algún secreto de la película, Hitchcock también prohibió las proyecciones privadas. Cualquiera que quisiese ver Psicosis tendría que ponerse a la cola junto a los extras. Y si el crítico del año perdía el metro, se siente. Haber salido antes de casa.

Así que la próxima vez que ese amigo pedante te vuelva a decir que lo de promocionar una película es un mero empeño de publicistas, tú recuérdale lo que hizo Hitchcock.
Y a ver si se atreve a meterse con la mente responsable de pelis como Los Pájaros o Psicosis…